La alteración del hábito intestinal está en relación con cambios en la frecuencia de las heces, cambios en la consistencia de las heces: algunas veces cursa con estreñimiento y en otra con diarrea, así mismo puede también ser alternante es decir diarrea-estreñimiento y con respecto a las características del dolor en algunas oportunidades se alivia con la deposición, y puede haber sensación de distención abdominal.

En muchas ocasiones los pacientes pueden acusar dificultad para la deposición la cual se puede manifestar como con mucho esfuerzo, en otros como una urgencia de deposición o sensación de evacuación incompleta.

Dentro del origen de esta patología hay una gama extensa de causas que abarcan desde factores emocionales -más en relación con el estrés-, elementos en la alimentación como factores detonantes, infecciones del tracto digestivo especialmente de tipo viral y en esto el entorno juega otra vez un papel importante lo mismo que la percepción individual a los diferentes estímulos desencadenantes.

Como síntomas adicionales y extraintestinales se pueden presentar: sudoración de manos, taquicardia, palpitaciones y posible hipertensión arterial lábil, insomnio, fatiga fácil, depresión, micciones en la noche, ardor al orinar y sensación de vaciamiento vesical incompleto.

En medicina alopática el diagnóstico se hace por exclusión, no habiendo ningún examen específico dirigido a la confirmación del mismo.

El tratamiento de la misma forma en medicina alopática va dirigido a los síntomas consistiendo en medicamentos para el dolor abdominal, para la distensión abdominal, la diarrea o el estreñimiento según sea él o los síntomas relevantes.

En la Unidad Biomédica buscamos la causa de la alteración energética que está generando este desorden y se hace tratamiento dirigido a ese factor, además de todos los cambios en hábitos de vida que puedan estar influyendo en su origen y/o permanencia y dentro de ellos uno de los pilares importantes en el manejo de este tipo de patología es la alimentación, orientamos hacia cambios de nutrición saludable, excluyendo todo aquello que pueda producir más inflamación  del tracto digestivo y por ende del resto de órganos.  Dentro de las recomendaciones está eliminar de la dieta todos aquellos alimentos ultra procesados, industrializados que llevan inmerso una carga alta de preservantes, colorantes, saborizantes, gluten y por supuesto azúcar.

Así mismo nos apoyamos en la toma de infusiones de manzanilla las cuales son muy buenas para bajar la inflamación. Como antiespasmódicos la valeriana y el ñame, también hay que tener presente la administración de probióticos y suplementos dietéticos como son la vitamina C, la vitamina E, la glutamina y el ajo; teniendo en cuenta toda la alteración del hábito intestinal.

Autor: Dr. Jaime Quijano